Estos últimos días, el panorama político español ha sufrido diversos cambios que dan como resultado una nueva etapa política, en la cual se acordaba que Mariano Rajoy volviera a ser Presidente del Gobierno.
Si hablamos de nuevo ciclo, directamente también estamos hablando de protocolo institucional en esencia, debido a su implementación en diversos actos oficiales a los que hemos podido asistir.
La toma de posesión de Rajoy y su juramento en el Palacio de la Zarzuela el pasado día 31 de octubre nos dejaba entrever una ceremonia clásica, basada en lo tradicional, donde el único cambio significativo fue la ausencia de la Reina Letizia, dando por tanto más hegemonía visual a los poderes del Estado español que allí se encontraban.
Son los protagonistas del juramento los que eligen la composición de la mesa y la fórmula de jurar o prometer, donde la diferencia radica en que jurar supone el ofrecimiento de cumplir con rectitud y honradez un determinado deber, siendo lo habitual realizarlo sobre la Biblia poniendo a Dios como testigo, y prometer es un compromiso propio y social de ejercer sus funciones de manera correcta, donde en vez de la Biblia, se utiliza la Constitución para ello.
El Presidente eligió la fórmula del juramento con una mano en la Biblia y otra en la Constitución, que compartían mesa con un crucifijo, el cual, y debido a que nos encontramos en un estado aconfesional, debería bajo mi punto de vista, ser retirado para estas ceremonias.
Ya siendo Presidente a todos los efectos, este elegiría a los ministros que le acompañarán en esta nueva legislatura, donde podemos contemplar que ha contado con viejas caras conocidas y otras nuevas, con el fin de crear un gobierno basado en el diálogo a todos los niveles que se publicará en el Boletín Oficial del Estado, documento en el que queda clara la nueva precedencia a seguir entre ministerios y ministros.
Éstos también realizan una ceremonia de juramento en la Zarzuela, delante de los poderes anteriormente descritos, pero con una significativa diferencia; Si el Ministro de Justicia era uno de los testigos principales en el juramento de Rajoy, en esta ocasión el Ministro de Justicia será el primero en realizar el juramento para después volver a ocupar el lugar de máxima relevancia, como testigo de los demás juramentos en el papel de notario mayor del Reino.
El nuevo gabinete juró y prometió bajo los mismos parámetros que lo hizo el Presidente, antes de realizar la primera fotografía de grupo, donde dos de las nuevas ministras prefirieron prometer a jurar sus cargos ante el Rey.
Por tanto, ya con el gobierno constituido en todas sus facetas, podemos concluir diciendo que Política y Protocolo son dos materias dispuestas a entenderse en el plano institucional, potenciando un mensaje de avance, por un lado, pero anclado en el mismo simbolismo y costumbre de siempre, con unos cambios someros, lo que hace malinterpretar esta herramienta de comunicación no verbal como es el protocolo y considerarla obsoleta, antigua y rígida.
Lejos de la realidad, seguimos viviendo Política y Protocolo en esencia, pero será necesario pensar en ir introduciendo de manera progresiva otros aspectos dentro del protocolo que demuestren su dinamismo y adaptación a los nuevos tiempos siempre bajo el respeto a las instituciones y a la sociedad.
¡¡ESPERO VUESTROS COMENTARIOS!!
UN ABRAZO.
DIANA RUBIO
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