A la mayor parte de nosotros nos gusta mascar chicle, ya sea por su sabor, porque nos relaja, nos entretiene, etc. Pero aunque se trate de una acción a la que no le demos importancia, en realidad sí la tiene. En este post te explico una serie de cosas que tienes que tener en cuenta a la hora de meterte un chicle en la boca.
En primer lugar, a menos que estés en la soledad de tu casa y en la única compañía que tú mismo, cuando mastiques chicle hazlo con cuidado. Con cuánta gente me habré cruzado a lo largo de mi vida que mastica el chicle compulsivamente y con la boca abierta. La gente que está a tu lado no tiene ninguna necesidad de ver cómo tu chicle da vueltas en tu boca como si fuera un calcetín centrifugándose en la lavadora. Y tampoco tiene la necesidad de escuchar ese molesto sonido de plástico.
Por supuesto uno puede hacer un pequeño ruido en un momento dado, pero esto ha de ser la excepción. Hay que masticar con cuidado, tranquilos y por supuesto, siempre con la boca cerrada.
Un error que comete mucha gente inconscientemente, es que cuando se ponen nerviosos, recurren al chicle como medio de consolación y esto produce el efecto contrario. Entonces es cuando ves a la persona masticando el chicle con la boca abierta de par en par y masticando con tal fuerza que parece que quisieran desintegrar el chicle.
Otro aspecto a tener en cuenta es que resulta de mala educación, sobre todo en el ámbito laboral o con aquellas personas con las que no tenemos confianza, estar masticando chicle mientras hablamos. Ya que al hablar el chicle queda al descubierto. Así que en esos casos, saca sutilmente el chicle de la boca y tíralo o guárdalo en un papel si no tienes dónde tirarlo.
Otra práctica que debes evitar cuando estés en público es hacer pompas con el chicle. Insisto, cuando se está con personas de confianza es uno mismo el que tiene que decidir hasta dónde quiere llegar con ellos, pero en el plano profesional o con aquellas personas con las que no tenemos confianza, hay que guardar las formas. Hay que demostrar que somos personas educadas y que tenemos en consideración al resto de personas.
Y ahora que ya sabes esos aspectos, ¡ya sólo te queda decidir el sabor de tu chicle!
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Marina Fernández Estacio
23 mayo, 2014 de 09:25¡Gracias a ti por tu comentario, Dolores!
PMagazine
21 mayo, 2014 de 15:13Muchas gracias Paco y Dolores por vuestros comentarios y aportaciones en este artículo. Muchas veces no nos damos cuenta o pasamos por alto lo «mal» que quedan ciertas cosas. Un cordial saludo. Cristina. Webmaster.
Paco Castaño
21 mayo, 2014 de 12:56Muy interesante este artículo. Gracias por compartir esta información tan interesante.
Yo soy poco partidario del chicle. Y he visto muy pocas personas que lo masquen de forma mínimamente elegante.
Mi consejo para una entrevista sería evitarlo al máximo. Quizás usarlo mientras esperas, pero cuando te llaman para entrar, mejor tirarlo elegantemente.
Paco
Dolores
14 mayo, 2014 de 08:22Muy interesante este artículo, es realmente desagradable cuando una persona masca chicle con la boca abierta. Aparte de ser un mal hábito, también es descortés. Gracias por el post!