Si hay algo malo que te pueda pasar pasará.
No pretendo ser agorera, pero los que trabajamos en el mundo de la comunicación y los eventos sabemos bien que, después de predecir y prepararnos para lo impredecible, siempre surgen imprevistos que superan nuestra imaginación. Es la Ley de Murphy, no os quepa duda.
No quiero asustaros, tan solo deseo dar unas pautas que os permitan conservar la calma y no volveros locos.
Edward Aloysius Murphy era el ingeniero aeroespacial que formuló su conocida ley en 1949, tras descubrir que estaban mal conectados los electrodos del arnés con el que median los efectos de la aceleración y deceleración en pilotos.
Hay que tener en cuenta que tenemos cierta inclinación mental a recordar más lo negativo que lo positivo, por eso resolver situaciones negativas con celeridad y perspicacia nos ayuda a mejorar los procesos de comunicación y hacerlos más efectivos. Lejos de lo que podemos creer gestionar con eficiencia una crisis es un motivo de crecimiento y ganancia.
Todos nos hemos tenido que enfrentar en la vida a tomar decisiones. Tomar una decisión supone resolver diferentes situaciones normalmente conflictivas en diferentes contextos: laboral, familiar, sentimental, empresarial, etc.
El peligro de las decisiones que tomamos es que pueden condicionar nuestra vida, nuestros éxitos, nuestra situación laboral. Una mala decisión puede arruinarnos la existencia. Un buen comunicador debe estar siempre preparado para afrontar un cambio de planes y conocer todas las salidas posibles y no posibles en caso de crisis.
Tomar decisiones implica un proceso ¿Qué pasos hemos de seguir para no equivocarnos a la hora de tomar decisiones?
- Identificar y analizar el problema: si analizamos lo que es un problema en comunicación veremos que se reduce a una disminución de rendimientos y productividad, que impide que se logren los objetivos planteados.
- Recopilar información: consiste en recopilar todos los datos que van a influir y afectar nuestra decisión. Si no se hace la probabilidad de equivocarse es mayor.
- Determinación de consecuencias: estudiar restricciones, posibles consecuencias, costos, objetivos cumplidos y no cumplidos, preferencias… Con el fin de determinar las mejores alternativas.
- Solución real: es el momento en el que definimos cuál es la solución preferente.
- Aplicación.
- Evaluación de las consecuencias: es el momento de estudiar los efectos de la decisión tomada.
Tomar una decisión en comunicación suele ser algo que hay que hacer con poco margen de tiempo. Así es fundamental desarrollar y formarse en la capacidad de saber discernir.
Gracias por leer este post.
SALUDOS!
Flor de Paz Alcántara.
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