Nuevos tiempos para la indumentaria política:
Avanzamos hacia un pluralismo político en las instituciones que llena de color y debate una democracia hasta ahora limitada a dos.
Ese pluralismo político que en las pasadas elecciones se hizo palpable, también se observa en la vestimenta de los nuevos representantes de las instituciones durante las campañas, eventos y tomas de posesión.
En una sociedad donde el control de la ciudadanía cada vez es mayor, el halo de poder que los trajes podían transmitir, hacían crecer la línea que separaba a votantes y candidatos. Ahora, en la política del siglo XXI, y más en los últimos años, se busca la cercanía, la empatía y la llamada humanización de los candidatos, donde la utilización de un atuendo más cercano a la que utiliza la ciudadanía, ayuda a que se creen simpatías y posibles votos en el futuro.
Donde los trajes de chaqueta transpiraban formalidad y seriedad y se hacían indispensables en actos de toma de posesión, haciendo pensar que los candidatos que las llevaran estaban por encima de todo, ahora quedan relegados en una segunda posición en favor de las camisas de algodón, las camisetas de rayas, el color blanco y los pantalones chinos dejando corbatas y chaquetas fuera del panorama político en muchos casos.
Pero si hay un momento en el que esos cambios de vestimenta se hacen palpables a la vista, es en el aumento de mujeres en este nuevo proceso electoral. Vestidos, bolsos, tacones y un sin fin de diferentes prendas ya toman protagonismo en un espacio necesario desde hace mucho en el camino hacia la paridad política.
Si mezclamos vestimenta con investiduras, muchos han sido los momentos que nos han proporcionado; vaqueros y camisetas viejas, trajes de chaqueta pequeños, e incluso unos dedos al aire debido a la utilización de una talla de zapato menor de la requerida.
Por tanto, la flexibilidad que se visibiliza en la indumentaria de la actual clase política, fomenta la sensación de cercanía con el electorado, pero también habrá que reflexionar acerca de qué tipo de imagen de la institución que representan profesan vistiendo de una u otra manera; ¿es adecuado? ¿o necesita mejorar?
Considero que aunque se busque la cercanía a través de una imagen más informal, nos dejemos llevar por el sentido común, que sea uno de los principios a la hora de vestirnos y nos ayudará a crear una imagen adecuada al ejercicio político que se realiza, y en el caso de que se dude, existen grandes profesionales que siempre podrán asesorar en estas materias, donde la cuestión no es pensar únicamente en el propio candidato y su manera de vestir, sino en que es la imagen pública que representa a un grupo de la población con el que deberá estar en constante comunicación.
¡¡ESPERO VUESTROS COMENTARIOS!!
UN ABRAZO.
DIANA RUBIO
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