Humorweaning: el Humor al servicio del otro
Mi abuela en ocasiones me decía “Pica cebolla y te llorarán los ojos”, refiriéndose a la valentía de tomar riesgos en la acción dejando a un lado el posible e inminente dolor. Es decir, ella generosamente preparaba los alimentos en el hogar, independientemente del esfuerzo o del agradecimiento de sus comensales. Lo importante no eran los halagos, o la energía usada, o el precio de los productos usados o la dedicación que le daba para preparar la comida; lo importante era cocinar con cariño para todos, como si esos “todos” fuesen sus propios hijos, tenía ella conciencia de Unidad y su excusa eran los alimentos. Construía diariamente un hogar (o una hoguera que es lo mismo), a través del ritual espiritual alrededor de la mesa que suponía sentarse a comer, un ritual al que nadie podía oponerse pues los manjares ofrecidos eran profundamente atractivos. Un hogar o una hoguera donde se guisan las ideas, donde se guisan las diferencias, donde se guisan los sueños, donde se guisan los valores, donde se guisa el sentido del humor y donde se guisa la generosidad, la compasión y el amor.
Yo recuerdo que cuando ya la comida estaba lista, mi abuela gritaba desde la cocina: “¡A comer! ¡Vengan a comer!”. Yo sabía perfectamente que era una propuesta trampa, pues la comida aún no estaba servida y el primero que acudiera al llamado sería el responsable de servir los platos en la mesa, por lo tanto siempre yo esperaba al tercer o cuarto llamado que era el momento donde ya estaba todo listo realmente. Mi hermana, siempre tan entusiasta a los convocatorias de mi abuela se hizo del trabajo de servir la mesa, mientras yo, yo estaba en el paro dentro del mercado laboral de mi casa.
Escuchar con compromiso y conectar con el otro
Una vez en la mesa, hacíamos lo que se hace en las mesas, ¡Comer! Pero no solo comíamos alimentos, comíamos la oportunidad de ver el color de los ojos de quienes estaban sentados alrededor de la mesa, y al ver el color de los ojos no teníamos más remedio que escuchar lo que los ojos de los demás tenía para decir. Mi abuela no tenía otro plan sino el de la simpleza de servir comida hecha con mimo y ¡Ya! ¿Pa qué más?, no tenía grandes expectativas, no tenía grandes objetivos y no aplicaba una compleja metodología, sencillamente se hacía presente con lo que tenía, que era esa capacidad de dar sin esperar, dar sin esperar nada a cambio y esa simpleza era suficiente para mover acciones benevolentes en todos quienes compartíamos la mesa. Esa simpleza de disfrutar y de dar generosamente sin esperar nada a cambio es lo que Humorweaning entiende por Amor.
Humorweaning (Coaching con Humor) sí que es una metodología compleja la cual entrelaza la honestidad del coaching, con la artificialidad de la lúdica y la humanidad del sentido del humor; es una metodología que ha sido diseñada y validada exclusivamente para las empresas, sin embargo se basa en la simpleza del Amor o de esa generosidad abierta y honesta en las relaciones de las personas dentro de las organizaciones. Después de todo es ampliamente sabido que las empresas no existen, lo que realmente existen son las personas y las personas son personas y serán siendo personas, independientemente que sean colaboradores dentro de una organización o sean Homeless. Mirar con el alma lo que el otro ser humano tiene para compartir, escucharlo con generosidad, juzgarlo poco, hacer contacto visual y confiar en el infinito poder expansivo que tiene el otro, son elementos que harán que tu comunicación sea más fluida y efectiva. Con esto te quiero decir que cuando eres consciente del color de los ojos de las personas con quién interactúas, no te queda otro remedio sino el de escuchar con compromiso y conectar con el otro, y eso, ese otro lo agradece aunque no exprese directamente ese agradecimiento.
No temas mirar en el otro lo que verdaderamente es el otro, a lo mejor terminas descubriendo lo que eres tú en esa mirada, y que lo tuyo no es tan tuyo, porque siempre involucrará al otro después de todo lo tuyo implica dos: tú y yo (tu-yo). Carece de sentido vivir lamentándose de todo, debido a que todo cambia en ti a través de los demás y todo cambia en los demás a través de ti. Es un sistema, por lo tanto si te dejas permear por los cambios benevolentes de otros es posible que puedes hacerte consciente de que puedes “sanar” con solo escuchar con cariño al otro.
El beneficio del otro es tu propio beneficio, adoptar una actitud entusiasta no es ser optimista es más bien tener talento. Pensar que tienes el mejor jefe del mundo y que tu vecina la maruja de al lado no es una persona molesta, sino por el contrario es una vecina comprensiva es tener talento. No importa si no es cierto que tengas la mejor vecina del mundo o el mejor jefe de la historia, lo que importa es tu actitud. Tú igual créetelo y da los buenos días con cariño, no te pido que te disocies de tu realidad, sino que te atrevas a ver tu realidad tal cual como lo es y cómo la ha sido siempre, ¡Una realidad maravillosa!
No te alíes con la pereza del lamento constante, eso es aburrido y poco práctico. Mantén amistad con tus dolores y conecta con lo bueno de los demás, porque si las personas tienen cosas buenas y cosas malas ¿para qué conectar con tanta frecuencia con lo malo de los demás? No pierdas la memoria de lo que Eres, la vida nunca es injusta contigo, aunque tus emociones, el telediario y las malas caras con las que te encuentras en tu cotidianidad hagan complot para que veas lo contrario, tu vida es maravillosa con dolor y todo. Levántate, toma tus dolores, pica tus cebollas, llora y vive con generosidad, pues siempre tienes mucho por dar ¿Cómo puede ser alguien más feliz que tú, cuando la felicidad del otro es tu propia felicidad? La desesperanza o la desidia te vuelven paralítico (te paralizan). Entonces sin pensar demasiado, toma tu vida como sea que sea, bonita o fea y avanza con valentía y entusiasmo. Yo por ejemplo avanzo con la vida fea que tengo y la muestro en mis conferencias o mis monólogos para que las personas se rían de ellos mismos a través de mí, de ese modo en mi rol de comediante veo mis desgracias, fatalidades o miserias como diamantes y cuando todo me está yendo bien, busco desgraciarme porque si no entonces qué cosas puedo contar para hacer reír.
Así que si del cielo te caen cebollas, aprende a hacer lloraderas (aprende a llorar), porque llorar aunque sea molesto o doloroso, no tiene por qué ser sufrido o angustiante. Disfruta de tus llantos, reconcíliate con tus dolores, baja tus expectativas y vive con simpleza. Vive con la simpleza de dar sin esperar, de ser generoso y de ver al otro para no olvidar el color de sus ojos. Son estos símbolos de la maestría de tener sentido del Humor. Un sentido del Humor al servicio del otro.
Me gustaría saber de qué color son tus ojos ¿Te animas a conectar?
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FREDDY SALAS
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Manu Alber De La Rica
25 octubre, 2017 de 12:58El Humor es Amor. El Humor debe ser acuoso y no vítreo , debe fluir. Los humores están en los ojos, como todo el mundo sabe.La abuela de Marina era una pionera del neurolenguaje.