“Lo que les hagan a los niños, eso harán ellos a la sociedad” Karl Menninger (Psiquiatra estadounidense, 1893-1990)
En un divorcio muchas veces los que pagan los platos son los niños. Seamos responsables y facilitemos este duro trámite a nuestros hijos.
– Decirlo los dos juntos sin mostrar incongruencias y en un ambiente no crispado.
– Dejar claro que va a ser un proceso doloroso para todos (duelo), pero necesario para mantener la armonía familiar futura.
– Separar el rol de padres del rol de pareja. Amor incondicional a los hijos. Padre y madre siguen siendo PADRE Y MADRE, aunque ya no sean pareja. TODOS siguen siendo una FAMILIA, aunque no vivan juntos.
– Quitar sentimientos de culpa a los hijos.
– Dejar claro que no hay reconciliación posible.
– Tratarlo con naturalidad exponiendo régimen de visitas del progenitor no custodio, u organización futura en el caso de custodia compartida.
– No hablar mal del otro progenitor.
– No al síndrome de alienación parental (obligar al niño a escoger entre padre o madre, declarando enemigo al que no escoge).
– No utilizar al niño como arma arrojadiza para hacer daño al «ex».
– No utilizar al niño como mensajero o espía.
– Si ya se tiene una nueva pareja no intentar meterla con calzador en la vida del hij@, o intentar que ocupe un papel sustituto al padre o la madre biológic@.
Mucha prudencia e ir pasito a pasito. No hacer presentaciones hasta que la relación esté muy afianzada.
GRACIAS POR LEER ESTE POST.
¡¡ESPERO VUESTROS COMENTARIOS!!
UN SALUDO.
SUSANA APARICIO
¿TE HA GUSTADO ESTE ARTÍCULO?
¡Suscríbete gratuitamente a nuestro boletín de PRUEBATE MAGAZINE!
En el momento en el que te suscribas recibirás de regalo, a través de tu correo electrónico, el vídeo tutorial: “El saludo: el arte de dar la mano”, por Marina Fernández Estacio.