Es muy común en las personas, pensar que el raro es el otro, que el que lo hace mal es el de enfrente. Y esto también ocurre cuando viajamos a ciudades, lugares o países con culturas diferentes a la nuestra.

Cuando nos dicen que los españoles gritamos mucho, solemos contestar “¡¡No!! Nosotros hablamos a un volumen normal, son ellos los que hablan bajito”. Y con las mismas, seguimos hablando sin bajar nuestros decibelios. La realidad es que cuando uno viaja, debe hacer un esfuerzo, aunque sea mínimo, por adaptar su comunicación a los rasgos principales que imperen en el lugar.

Hay culturas más expresivas que otras, más introvertidas o extrovertidas, que hablan más despacio o más rápido, … Adaptarnos a ellas es señal de respeto y de inteligencia, ya que así conseguiremos mejorar las relaciones interpersonales.

Y si no, piensa en algún problema de comunicación que hayas tenido en alguno de los viajes que hayas realizado al extranjero. Posiblemente, si hubieras hecho un esfuerzo por acercar tu comunicación a la suya, hubiera mejorado sustancialmente la situación.

No se trata ni mucho menos de dejar de ser lo que uno es, si no de ser respetuoso con la otra cultura y de hacer un ejercicio de humildad al pensar que ni ellos son los raros, ni nosotros tampoco; ni ellos lo hacen mejor, ni lo hacemos nosotros. Simplemente, somos diferentes.

Marina Estacio, Fundadora y CEO de Pruébate Magazine, en su sección semanal de comunicación personal en el programa “Hoy por Hoy” de Cadena Ser Madrid Norte junto a su director y presentador, Nacho López Llandres.

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